«La próxima guerra en Europa será entre Rusia y el fascismo, sólo que el fascismo se llamará democracia». Fidel Castro.

Al observar la realidad en la que vivimos, es necesario preguntarse ¿existe alguna relación entre el paro y la precarización creciente de las condiciones de trabajo, la enorme carestía de los productos de primera necesidad, la gran cantidad de personas que emigran a la desesperada de sus países poseedores de grandes yacimientos de las materias primas más preciadas, la creciente militarización de la sociedad intensificada con el pretexto del Covid, el desmesurado incremento de los suicidios entre las personas más jóvenes, el desmantelamiento de los servicios públicos y de las pensiones, el aumento espectacular de los gastos militares y del ruido de tambores de guerra, la instauración absoluta del pensamiento único en los medios de comunicación, la implantación de la censura o el auge del fascismo?

La espectacular puesta en escena a escala mundial de una pandemia apocalíptica, implementada mediante el disciplinamiento desde los gobiernos, la censura de todo pensamiento crítico, el soborno de instituciones sanitarias y el control absoluto de los medios de comunicación para justificar la adopción de medidas sin soporte científico alguno, no ha sido identificada por las organizaciones revolucionarias – salvo excepciones – como lo que auténticamente ha significado: un gran experimento de control social a gran escala.

Y no sólo eso. La instauración del terror que ha permitido los confinamientos, los pasaportes Covid y la inoculación masiva de fármacos insuficientemente probados, y que ha hecho posible, junto al enriquecimiento sin precedentes de las empresas tecnológicas (Google, Amazon, Facebook, Apple, Microsoft) y la industria farmacéutica, la destrucción masiva de pequeñas y medianas empresas y el empobrecimiento consiguiente de amplios sectores populares, tampoco ha sido identificado como el comienzo que es de una gran ofensiva de las clases dominantes contra los pueblos.

Y todo ello, ¿ha sido acaso un diseño de cuatro magnates, aprendices de brujo, como algunos interpretan? ¿o hay causas estructurales que están llevando a las clases dominantes a la adopción de medidas de destrucción y expropiación sin precedentes en tiempos de «paz» y que requieren un disciplinamiento – también inédito – de las poblaciones, para mantener su dominación y evitar una revolución?.

A pesar de que el materialismo histórico y dialéctico nos proporciona los instrumentos de análisis imprescindibles para desentrañar la dramática realidad en la que vivimos, hasta ahora las organizaciones revolucionarias no hemos conseguido dotarnos de los instrumentos de interpretación del mundo necesarios para transformarlo y, de forma más precisa, asumir la tarea de conocer emprendiendo decididamente el camino de la transformación.

Ahora, cuando el tiempo apremia y la amenaza de la barbarie más destructiva de la historia del capitalismo desde la II Guerra Mundial aparece en el horizonte próximo, urge valorar lo más rigurosamente posible las causas y los contenidos de la dictadura de la burguesía, de forma que las organizaciones de la clase obrera estemos en condiciones de enfrentarla y de derrotar su proyecto depredador de la sociedad y la naturaleza.

El presente Informe de la Coordinación de Núcleos Comunistas pretende analizar las causas de la crisis general del sistema capitalista, probablemente la mayor de su historia y la estrategia diseñada por las clases dominantes para mantener su poder de dominación, así como proponer algunas líneas de trabajo de las organizaciones revolucionarias para resistir su programa de destrucción y emprender la acumulación de fuerzas necesaria para la gran confrontación que se avecina.

Extractos del informe

«Cada vez hay menos ganancia: la plusvalía sólo se puede extraer del trabajo humano.

Además, el desarrollo de las fuerzas productivas está frenado por el capital porque no produce ganancia cómo desde el comienzo del capitalismo, la salida de cada una de sus crisis «de onda larga» se asoció a grandes innovaciones tecnológicas. No ha ocurrido así en el último periodo en el que importantes avances científico-técnicos, como la informática, la biotecnología y el descubrimiento de nuevos materiales, debieran haber dado lugar a finales del siglo pasado a una nueva etapa de crecimiento que no se ha producido.

Por el contrario, avances científico-técnicos como la informática, lo que produjeron fue un aumento vertiginoso del parasitismo financiero.

Admitiendo que el capitalismo ha perdido la capacidad de «sanearse» a sí mismo, el proyecto del gran capital consiste en dar un puñetazo en el tablero de juego, provocar una gigantesca destrucción de la economía, cambiar las formas de extracción de plusvalía de la clase obrera mediante las nuevas tecnologías, y llevar a cabo una reducción del empleo que calculan en un 40%. Todo ello adoptando las medidas represivas necesarias para neutralizar resistencias.

La bancarrota de Occidente a gran escala está servida; y las oligarquías mundiales, los dueños de la Deuda, es decir, de todo lo que poseemos, se preparan para apropiarse de todas las garantías públicas y privadas de la misma.
Esa es la gran reestructuración, la utopía del Gran Reset que anunció el Foro de Davos, como expression concentrada del programa de las clases dominantes.

Obviamente, esta quimera de gobierno global confronta con las fuertes tendencias hacia la
multipolaridad que hace tiempo se vienen consolidando, protagonizadas por Rusia y China, y que cada vez involucran a un mayor número de países «periféricos».

La ofensiva del imperialismo de EE.UU. y la UE contra Rusia y China es una pieza clave de todo este proceso de reestructuración capitalista a gran escala.

El incremento exacerbado de los ataques contra estos dos enormes países se debe a que ninguno de los dos puede ser incluido en la bancarrota general.
Además de sus gigantescos recursos, Rusia, y de sus enormes capacidades productivas, China, ambos países se han ido deshaciendo de su deuda en monedas occidentales y no pueden ser incautados.

La era del mundo unipolar ha terminado. La ruptura con Occidente es irreversible y definitiva. Ninguna presión de Occidente lo cambiará. ( Putin foro de st peterburgo)

Todo indica que el tsunami está a punto de llegar. La inflación desbocada, la subida de los tipos de interés y las condiciones impuestas por el BCE para el rescate de Italia, Grecia, Portugal y España, acelerarán los recortes de las pensiones y de los salarios, el desmantelamiento de los servicios públicos y las privatizaciones de todo lo que pueda ser vendido. Los recortes y privatizaciones
son uno de los instrumentos esenciales de incautación de lo público y de nuestros salarios y pensiones.

Las clases dominantes esperan que el estallido social se produzca y para ahogarlo han venido preparando y acrecentando su aparato jurídico y represivo.

¿Qué hacer?


En primer lugar,
desechar todo sentimiento de impotencia y derrota derivado de la percepción de
nuestra debilidad organizativa. Tenemos que partir de lo que tenemos, no caben lamentos. La derrota ya la tenemos, si no actuamos. Si hay un puñado de militantes, con la firmeza ideológica necesaria, con las ideas claras sobre la situación y una firme determinación de combate, se acaba la depresión y empieza a funcionar la estrategia y la táctica. Esas son nuestras armas iniciales. Nos sustentamos en el latido inagotable de rebelión, que sin duda se producirá.
En segundo lugar, debatir la situación de ataque sin cuartel de la burguesía, con colectivos y
organizaciones afines para acelerar y fortalecer los movimientos existentes, incorporando a los sectores más comprometidos y conscientes de la clase obrara, los que ya conocemos y los que surgirán en el proceso.
En tercer lugar, y de forma inmediata, planificar reuniones y asambleas en las fábricas, lugares de trabajo, barrios y pueblos. El instrumento de convocatoria puede ser una sección sindical, una
asociación del tipo que sea, o directamente. El procedimiento debe ser plantear preguntas acerca la percepción popular de las causas de lo que está pasando, dar lugar a debates y análisis, de forma que nuestra clase y nuestro pueblo comprendan las razones de toda la destrucción que están viviendo y de la que se avecina, y que se puedan adoptar decisiones que permitan anticipar y enfrentar el desastre.
El objetivo es crear las condiciones para construir el germen del doble poder obrero y popular capaz de acumular fuerzas para derrotar la barbarie que preparan.
Medidas concretas a adoptar:
· En las fábricas e industrias agrícolas y ganaderas. Un pequeño Comité, organizado sindicalmente o no, debe empezar a recabar todo tipo de información sobre la marcha de la empresa: proveedores, clientes, stock de productos y materias primas, situación financiera y deudas. Ese Comité debe constituirse como poder real capaz de anticiparse al cierre y desmantelamiento de la empresa y tomar las decisiones oportunas.
· A nivel comarcal, de pueblo y de barrio, identificar, impulsar y coordinar todas las formas de
organización popular que permitan la supervivencia. Promover la creación de comités populares que animen la auto-organización, identificando por un lado necesidades, y por otro, recursos disponibles, no sólo materiales, sino capacidades humanas que ayuden al mantenimiento del colectivo. Valorar la implantación de una moneda social que facilite el intercambio de recursos y capacidades.
En el plano organizativo:
· Desarrollar la Coordinación de Núcleos Comunistas sobre la base del análisis de la situación
que realizamos y las líneas de trabajo que proponemos.
· Avanzar en el debate con organizaciones comunistas revolucionarias, sobre todo, en la unidad
de acción, para avanzar en la imprescindible construcción del Partido Comunista
· Fortalecer la confluencia con organizaciones sociales y personas cercanas que puedan
comprometerse en el desarrollo de estas tareas. Planificar el trabajo de forma conjunta.
· Colaborar decididamente en la creación de un Movimiento Antiimperialista y contra la OTAN.
Habida cuenta que la amenaza de guerra a gran escala es real, que el aumento de los gastos
militares es fácilmente identificable con los recortes sociales y que la militarización de la
sociedad puede incluir la llamada a filas de toda persona mayor de edad (recordamos que
este hecho está previsto en la Ley de Seguridad Nacional), hoy más que nunca, la lucha de
clases debe incorporar a su código genético, la lucha antiimperialista, el internacionalismo
y el antifascismo.

España, Julio de 2022

Con resumen latinoamericano

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